Tras los desahucios los bancos pasan a ser propietarios de un ingente parque inmobiliario, la gran mayoría forman parte de comunidades de propietarios. La comunidad al fin tiene alguien solvente y con recursos a quien pasar las cuotas ordinarias del piso y la derrama que está al caer… pero el banco no paga.
Según el informe anual elaborado por el Observatorio de Comunidades de Propietarios, las entidades financieras, sociedades inmobiliarias y entidades públicas de gestión alcanzan el 24% de la mora, y que esta morosidad ha subido de los 341,62 millones de euros de 2013, a los 445,13 millones de euros de 2014.
Es un hecho: la política de las entidades bancarias es no pagar la comunidad de los pisos que tienen en propiedad hasta que lo venden o no tienen más remedio. Veamos ambos casos.
VENTA. Si lo venden el adquirente puede exigir un certificado de estar al corriente en los pagos de la comunidad ahí el banco debe pagar o negociar descontarlo del precio, pero si el comprador no se anda con ojo tendría que hacerse cargo de las cuotas del año en vigor y tras la última reforma los 3 años anteriores, por lo que estaría pagando la deuda del banco.
PAGO INELUDIBLE. La verdad esas casas no “se las quitan de las manos” por lo que la deuda crece hasta que la comunidad decide aprobar la reclamación mediante burofax y reclamación judicial, a algunos sólo los jueces les hacen pagar.
Realmente es increíble que quien con tanta vehemencia ha reclamado y perseguido el pago de una deuda garantizada con hipoteca muestre tan poca o ninguna consideración por abonar sus propias deudas con el resto de copropietarios y harían bien en predicar con el ejemplo.
Este inaceptable comportamiento hace que numerosas comunidades no puedan afrontar obras de mantenimiento y genera muchas incomodidades puesto que hay que calcular la deuda, reclamarla y normalmente contar con los servicios legales de un letrado que defienda los intereses de la comunidad.
¿Qué hacer? Si su comunidad cuenta con una entidad que no paga no lo dude, demandar el pago es el único camino que depende sólo de la comunidad.