Muchas veces los pleitos no se enroscan porque sí sino porque somos incapaces de demostrar sin género de dudas un hecho demostrable que le permita al juez darnos la razón.
La importancia de la prueba
“¿Tengo Razón a que sí?” me decía el otro día un cliente… y la verdad es que su caso él lo veía claro:
“Pasó esto… yo le dije esto otro… él me engañó y luego, después de darme largas me dijo y me hizo esto… que lo sé yo de buena tinta… causándome el perjuicio que Ud. le tiene que reclamar.”
En este punto de la historia es donde los abogados solemos ponernos “pesados”, me explico:
“Pasó esto”: ¿Quién puede atestiguar que pasó esto? ¿Estaban Ud. y el que le engañó con una tercera persona (a ser posible que no sea de su familia bueno mejor aún un desconocido que pasó por allí lo vió y le dejó los datos por si tenía que declarar sobre el tema)?
Cuando Ud. “le dijo” esto: grabó la conversación, le puso una nota de audio de WhatsApp o un SMS, ¿no lo oiría el testigo de antes por un casual?
Ese “engaño”: ¿Lo tenemos quizás recogido en un mail que le mandó dándole largas con fecha y certificado de envío y con su contestación en el que evidencia que Ud. se ha tragado el anzuelo?
Eso que le “hizo”: ¿Cómo Ud. sabe hoy pero no sabía entonces que se la había jugado? ¿Un profesional del sector analizó el caso y preparó un concienzudo informe sobre las causas de los perjuicios que ha tenido que reparar?.
Ese perjuicio que Ud. me pide que reclame a este “pájaro” lo tenemos en una Factura contabilizada en el que figura Ud. como cliente y en el que coincidiendo con lo que le han hecho y Ud. sabe le han reparado.
¿Es así? Pues adelante.
Cómo recoger la prueba
Desgraciadamente no siempre esto es así por eso conviene recabar todas las pruebas posibles antes de acudir al letrado para que pueda ir a la batalla armado de razones y no solo con nobles ideales de justicia. Cuando piense que alguien le engaña debe pensar también vale, ahora ¿Cómo lo probamos?
Para saber más puedes contactar conmigo aquí.