1.- Piénsalo bien, define tus prioridades: ¿Qué es lo más importante para ti?
Lo primero es pensarlo bien, superar una crisis matrimonial con una ruptura afectará a más aspectos de los que puedas imaginar: Dónde vives, la relación con tus hijos y su formación, el fin del patrimonio familiar, tu trabajo o tus ingresos.
Cada familia es diferente y dependerá de en qué momento te encuentres. No debes tomar todas las decisiones ahora, pero sí decidir las más importantes.
2.- ¿Qué documentación debo preparar si me quiero divorciar?
Busca, fotocopia o solicita todos los documentos que te harán falta.
Debes pensar que si el tema acaba en el juzgado para decidir el juez debe conocer qué conforma el patrimonio familiar, determinar el domicilio familiar, los ingresos de la familia y las deudas, no solo qué quieren las partes o lo mejor para los hijos.
Documentos habituales que vas a necesitar: certificado de matrimonio (se solicita en el registro Civil), si hay hijos certificado de nacimiento (Registro Civil de dónde nacieron), Libro de familia, Escrituras de los bienes en propiedad y nota simple del Registro donde consten inscritos.
En cuanto al tema económico las deudas también son importantes las escrituras de hipoteca, nóminas, declaraciones IRPF, saldo cuentas corrientes, bienes de inversión, etc…
Si te falta algo no pasa nada, pero cuanto más tengas mejor.
3.- Acude a un abogado especialista sólo tú.
Es el momento de centrarte en qué quieres tú, para ti y para tus hijos. Tu abogado te indicará si es posible y qué pasos hay que dar.
Incluso si hay buena sintonía con tu “ex” te recomiendo buscar tu propio abogado.
¿Por qué? El peligro de acudir ambos a un solo abogado es que en el momento en que uno no esté de acuerdo con cualquier aspecto, dicho profesional está incapacitado para llevar el proceso por conflicto de intereses. Esto encarece el proceso y lo alarga porque hay que buscar dos nuevos abogados y abonar los servicios del que llevó el asunto en un primer momento.
Un error en los primeros momentos te puede lastrar el resto de la vida. Mejor dar los primeros pasos bien acompañado, elige un abogado de tu confianza y pregúntale todo aquello que te quita el sueño.
